Es hora de partir.

Te he perdido, amor mio. ¿Superarte? eso será sencillo de lograr. Puedo empezar, por dejar de pensar en ti. No recordar nada de lo nuestro, escuchar música alegre, salir con mis amigos, bailar, beber unas cuantas copas, divertirme, estar con alguien más... créeme, te podré superar y de una manera sencilla. Pero el problema está, en la hora de irme a descansar, de dormir.. en esos minutos antes de cerrar nuestros ojos y caer profundamente,  esos minutos (tal vez horas) que la mayoría de veces, los utilizamos para reflexionar, son los que me agobian cada noche, pues pienso en ti, cariño. Recuerdo nuestros bellos momentos, nuestras risas, nuestros abrazos.. y ahí, es donde se me complica todo, pues el extrañarte cada día es más intenso y créeme, el perderte, me ha dolido.

Pero el destino, Dios o cualquiera que sea aquella fuerza mayor, sabe hacer sus cosas, saber llevarnos por un buen camino. Tal vez teníamos que conocernos, para tener otra experiencia más en nuestras vidas, para equivocarnos, madurar un poco y aprender de nuestros errores, para haber suspirado otros abrazos, haber sentido otros besos. 

Fue un amor largo, lleno de vivencias hermosas y nostálgicas. Me llenaste de felicidad, amor y cariño y gracias a ti, descubrí nuevos mundos y nuevas experiencias. Sólo me queda decirte gracias... Seguirás siendo por mucho tiempo un gran amor que me llena de confianza y fortaleza para volver a caer en el abismo de lo sentimental, cada espacio de mí te extraña y se llena de este amor tan grande y aunque no pueda compartirlo a tu lado, seguirá vigente mientras la esperanza siga en pie. 

Aquí estoy, como una amiga, como un apoyo y como un amor. Y aquí estás, dentro de mí, como todo.

Es hora de aceptar y partir.